MARCOS ADRÍAN FERNÁNDEZ
Nací… a pesar de todo… un 25 de noviembre de 1964 en mi querida tacita de plata (San Salvador de Jujuy); a los pocos meses me llevaron a Colonia Sarmiento en la provincia de Chubut donde residía mi familia. De Allí tengo mis primeros recuerdos, los cuales por ahí repaso con mi hermano sin poder armarlos coherentemente con la realidad.
A los casi siete años volví con mi familia en forma definitiva a mi tacita de plata. Sobreviví a mi infancia… y a mi pubertad, deambulé por esas calles movedizas de estrellas, amigos, alcohol y risas hasta los 19 años.
Mi llegada a Tucumán en febrero del año 1984, estaba colmada de esperanzas hacia un futuro en las artes constructivas; Carrera que todavía no he podido concluir por embarcarme en otros proyectos. Proyectos como por ejemplo mi familia, la cual sigo delineando y armando detalles para que sea lo mas sólida posible.
Y otros como el que aquí les presento humildemente, sin creer por esto que somos mas de lo que somos; lo defino solo como un “Conjunto de palabras amontonadas” tratando de expresar algún sentimiento… Cualquiera…
Y TE VAS…
Dibujando tu horizonte por el mundo
cual quijote que se lanza a la aventura
con enormes adjetivos y una estrella
de una vida forjada en la ternura.
Con pendones y estandartes de tu signo
ya grabado un corazón en tu armadura
y tus armas que se asoman tan pequeñas
se enaltecen en tu puño y tu dulzura.
Y te vas…
De aquel nido que ha moldeado tu carácter
con caricias de sus rosas con espinas
preparando tu despegue en un plumaje
que recorta tu silueta por las cimas.
Y si ves alguna duda de gigante
arremete con fiereza a tu destino
y verás que la espesura desvanece
desnudando una mentira hecha molino.
Y te vas…
de los ojos veladores de tus sueños
que vigilan la razón de tu existencia
y sabiendo que la hora ha llegado
inmutables por dolor o por clemencia
y si alguna vez te encuentras desolada
encerrada en una noche de tormenta
tranquiliza tus sentidos en la espera
que la luz dibujará una nueva puerta
Que levanten ya las copas rebosantes
de colores y alegrías verdaderas
que esto es solo el comienzo de una vida
Transformando en realidad una quimera.
DE NIÑA A MUJER
Al principio de tus sueños de juguetes
Adornando un esplendor de primaveras
Fueron míos tus primeros ramilletes
De palabras balbuceadas sin esperas.
Por un tiempo de colores transitaste
Con el sol iluminando tus sentidos
Fue la fuerza y la pasión con que abrazaste
La ternura que se extiende en tu camino.
Y dejaste en una nube tus recuerdos
Cabalgando en un rincón de tu sonrisa
Son los mismos que hace poco fueron centro
De tu niña que se escapa a toda prisa.
Hoy es tiempo de tomar la delantera
Repartiendo tu frescura por doquier
Que el espacio de tu nombre se agiganta
Transformando ya a mi niña en mujer.
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