Todos los meses se realiza el "CAFÉ LITERARIO LETRARTE" en el Centro Cultural Eugenio F. Virla (25 de mayo 265, S. M. de Tucumán) - !!NO FALTES!!. Llevamos ya 10 años consecutivos.

Lidia Inés Palacios (Bs. As.)

LiDIA INES PALACIOS

Soy autodidacta, nacida y residente en San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires.En 2007 edité "Sencillas Palabras" y en 2008 "Solamente el Alma". He recibido distinciones y premios en distintos concursos. Despues de mucho tiempo vuelvo a concursar ahora.




CUANDO ATARDECE,AGUA


Has querido venir cuando atardece
y corren soledades por las calles.
Caminas despaciosa,
menuda y leve,
tímida adolescente clara.

Has querido venir en esta hora
en que la luz
y los pájaros se guardan.

A un encuentro de amor se viene sola.
Pero el viento,
que al fin es masculino,
celoso y posesivo;
por monentos te sigue
o te acompaña.

Has querido venir cuando atardece,
en la bendita hora porque llegas.
Aunque estén los árboles sin hojas
y no alcancen,
por hoy,
ninguna estrella.

La soledad de lunes casi noche
se esconde en cada hueco.
En las ventanas,
en las cornisas que por ti relucen.
en la frente ceñuda de las casas.

Brillas y me enterneces.
Si hasta quiero traspasarme de ti.

Cierro el paraguas.


DOLOR:


Hice bien en dejarte caer por mis costados.
En dejar que resbales
por la piel de mi memoria,
y te diluyas en el tiempo que no existe.

Nada de lo que devuelven mis espejos te sostiene.
Del pasado
guardé sólo la espiga.

Por eso,
amaso pan de amaneceres y crepúsculos.
También de mediodías,
donde siempre es la luz una constante.
Un gota a gota
en el feliz charco del alma.

Por eso,
porque no te guardé.
Porque te abrí todas las puertas,
 no eres mío.
Mucho menos soy tuya yo,
 dolor.
No te temo.
No te rezo.
No eres ni siquiera una hoja reseca del otoño.

Ah!
Y guardé la alegría.
Me olvidaba.

FLOR EN EL SEMÁFORO

Si me miran tus ojos
llenos de sol oscuro,
cuando ofreces tu rosa
que morirá enseguida,
se abre mi encrucijada:
¿fomento tu infortunio,
te salvo de una ira,
hago que seas el hombre
descastado mañana,
o te abro la esperanza
de algún futuro día?

No sé si por tu rosa
alcanza mi moneda,
no sé si mi moneda
saciará a quien vigila.
Pero no sé dejarte 
con tu sol apagado,
despojado de todo
y la mano extendida.

Si te hago mal, perdona.
Nunca quiero dañarte.
Sólo darle a esta hora
que precede a la noche
la piadosa moneda
que no hará tu alegría.
No soy feliz con esto,
no espero que lo seas.
Pero al menos descubre
chiquillo del semáforo:
cuando compro tu rosa
mi corazón te abriga.

  
Para regresar pulse Página principal