Juanita Pochet, nacida en Santiago de Cuba, periodista y poeta de gran
trayectoria, es autora de más de siete libros de poesía, guionista de
programas de radio y televisión, promotora cultural Cubana. Licenciada
en artes y letras, actualmente trabaja en la Dirección de Estudios e
Investigaciones del IPAP.
Pertenece a la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba y a la Sociedad Cultural José Martí. Seria imposible
nombrar en este espacio la cantidad de premios y reconocimientos de esta
autora, ya que ha sido premiada en Argentina, Cuba, distintos Países de
Latinoamérica y España. Participó del IV LETRARTE, Encuentro Internacional de Escritores, realizado en Tucumán en el 2.009.
....Pudiera ser
Pudiera ser la mujer más feliz sobre la tierra
pero acabaron las rapsodias
los cantos bajo la lluvia...
Transformaron palabras al diccionario
y no sé bajo qué capricho
han mudado hojas de los viejos libros
Se perdieron el brillo de los filmes primeros
retenidos por una infancia que aún duerme
bajo los paraguas de Cherburgo.
Pudiera ser la mujer más feliz...
Me arde este pedazo de pan entre los dedos
Puedo comer hasta reventar
la insatisfecha malacrianza de la noche y el día...
La copa del sentimiento se desborda en este dolor sombra
mientras la tierra mira por doquiera
y bostezan otros su hambre
Pudiera ser la mujer más feliz...
No sé qué nuevos mares inventarle a la aventura
o qué cielo crear al llanto incontrolable...
Ah, si por un instante pudiera alcanzar un rayo para viajar
y poner de goce al mundo desamparado
hacer brotar sonrisas en niños
que no duermen acorralados por la fiebre...
No, no puedo ser la mujer más feliz sobre la tierra...
en este mismo instante, luego de sujetarme el pecho
escapo a mis pedazos
los gorriones sacuden sus alas.
Juanita
Pochet
Esta soy yo
quien siente su soledad acompañada por un retrato
En noches largas Dalí y Van Gogh me persiguen
Un perro, los llorones sauces
Hay un lugar, un sitio donde me duelo toda
Porque hay niños que mueren y la fe se suicida…
Yo te salvaré de esta epidemia universal
Con una arenca de palma dibujada en la mano,
Un trocito de sol para matar el frío,
Un bohío limpio al lado de un río,
El canto de los gallos, el rocío
Te salvaré y quiero salvarme de las dictaduras…
No sé si están prohibidas mis palabras, pero son mías
Y me duelen demasiado las tristezas
Liszt ha vuelto al piano,
Una sinfonía gris penetra en las paredes
Se clava en el cielo.
Dalí salió a pintar campos con lanzas.
Desgranados girasoles envuelven
Van Gogh ha ocultado los pinceles…
Las begonias se me entierran en el barro.
Mi mundo versa episodios de la vida; pero estás
Te siento más allá de los límites del cuerpo
En todas las cosas se levanta un viento pestilente,
El sabor de un presagio, promesas en un péndulo
Es cierto, los cambios de estaciones desorientan
Estoy atrapada en los rincones de las reflexiones,
En las laderas, en la cima de los cerros y las sierras
En la raíz del fuego
Pudiéramos ser el otro lado del planeta,
Aullarían los códigos
Vivir ahora es el único refugio.
Escribo a media luz en mis silencios
Sé que la patria no es un festín de vanidades,
Me duelen las patrias y me espantan las muertes
Hemos de salvarnos - te repito-
mientras sales de la fotografía y tu respiración
corta el viento para mecer música
porque sabes que estoy en este sitio
donde me duelo toda, y me castigo.
quien siente su soledad acompañada por un retrato
En noches largas Dalí y Van Gogh me persiguen
Un perro, los llorones sauces
Hay un lugar, un sitio donde me duelo toda
Porque hay niños que mueren y la fe se suicida…
Yo te salvaré de esta epidemia universal
Con una arenca de palma dibujada en la mano,
Un trocito de sol para matar el frío,
Un bohío limpio al lado de un río,
El canto de los gallos, el rocío
Te salvaré y quiero salvarme de las dictaduras…
No sé si están prohibidas mis palabras, pero son mías
Y me duelen demasiado las tristezas
Liszt ha vuelto al piano,
Una sinfonía gris penetra en las paredes
Se clava en el cielo.
Dalí salió a pintar campos con lanzas.
Desgranados girasoles envuelven
Van Gogh ha ocultado los pinceles…
Las begonias se me entierran en el barro.
Mi mundo versa episodios de la vida; pero estás
Te siento más allá de los límites del cuerpo
En todas las cosas se levanta un viento pestilente,
El sabor de un presagio, promesas en un péndulo
Es cierto, los cambios de estaciones desorientan
Estoy atrapada en los rincones de las reflexiones,
En las laderas, en la cima de los cerros y las sierras
En la raíz del fuego
Pudiéramos ser el otro lado del planeta,
Aullarían los códigos
Vivir ahora es el único refugio.
Escribo a media luz en mis silencios
Sé que la patria no es un festín de vanidades,
Me duelen las patrias y me espantan las muertes
Hemos de salvarnos - te repito-
mientras sales de la fotografía y tu respiración
corta el viento para mecer música
porque sabes que estoy en este sitio
donde me duelo toda, y me castigo.
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