Todos los meses se realiza el "CAFÉ LITERARIO LETRARTE" en el Centro Cultural Eugenio F. Virla (25 de mayo 265, S. M. de Tucumán) - !!NO FALTES!!. Llevamos ya 10 años consecutivos.

Hector David Gatica (La Rioja)


HECTOR DAVID GATICA


Héctor David Gatica (1935) nació en Villa Nidia, al sur de la provincia de La Rioja, donde creció en contacto con el paisaje agreste de los Llanos a la par que asistía a la escuela de su pueblo natal. Allí tomo contacto con los innumerables paisajes y personajes que habrían de poblar la mayoría de sus obras.
Su afición al estudio chocó con la prescripción médica de suspender la escuela por ciertos problemas de visión que lo aquejaron desde niño. Este hecho no impidió sin embargo que su educación siguiera adelante de manera autodidacta, ya que era un lector voraz y amante de los clásicos.
Siendo adulto hizo la carrera docente y se recibió de Maestro en 1968, año en el que contrajo matrimonio con Noelia Carrizo, su compañera desde entonces. La joven pareja se instaló en una villa muy pobre Mendoza (Barrio San Martín), donde ambos vivieron una enriquecedora experiencia de vida en comunidad junto a otra gente como el padre Llorens, de intensa actividad social. Al año siguiente regresaron a Villa Nidia, donde David se desempeñó como docente. La escuela 112, la misma en la que había estudiado, llevaba ahora el nombre de su madre: “Delia Durán de Gatica”, en memoria de esta prestigiosa docente del pueblo. Al año siguiente, –recuerda Gatica en el Prólogo de su libro La Carpeta vacía–: “pasé a la ciudad de La Rioja, donde además de la enseñanza primaria –en la Escuela 177 denominada primera ‘de la basurita’ y después ‘de los bomberos’–, estuve un año al frente de una campaña nacional de educación del adulto, CREAR, como coordinador provincial”. Durante su gestión se abrieron alrededor de 300 centros educativos para adultos.
Comenzó a cursar “Ciencias de la Educación” en la Universidad de La Rioja, carrera que debió abandonar con la instauración de la dictadura 1976. Para entonces, ya se había relacionado con los principales intelectuales de la ciudad de La Rioja, entre ellos, los integrantes del grupo Calíbar que acogieron cálidamente a este callado joven de los Llanos que compartía con ellos sus notables poemas. El golpe fue devastador para la mayoría de los amigos de David. Algunos como Daniel Moyano y Ariel Ferraro, debieron exiliarse; otros, como Ricardo Mercado Luna y Carlos Alberto Lanzillotto, fueron encarcelados. La angustia de aquel período quedó plasmada en las páginas de Los días insólitos, una de las obras más impactantes de este poeta.
El restablecimiento de la democracia lo encuentra trabajando junto a Ramón Navarro en la obra discográfica que habría de constituirse en un ícono del cancionero provincial: La Cantata riojana, obra de gran belleza musical y poética que reconoce como hipo-textos algunas páginas de Juan Zacarías Agüero Vera, Dardo de la Vega Díaz y Ricardo Mercado Luna.
La vasta trayectoria de Héctor David Gatica incluye numerosas distinciones y premios literarios. Fue Director General de Cultura de la Provincia de La Rioja, Miembro del Directorio de Radio y Televisión Riojana, asesor cultural ad honorem del Municipio capitalino y miembro del primer Consejo Consultivo para edición de la Colección “La Ciudad de los Naranjos” de la Biblioteca Mariano Moreno, comisión ésta de fecunda actividad que dirigió los doce primeros tomos de nuestra colección y organizó el Concurso de Poesías del mismo nombre.
Incursionó en el periodismo cultural con la fundación y dirección de las Revistas: “Alborada”, “Poesía Amiga” e “Integración Cultural”. Esta última daría lugar a los cuatro tomos homónimos que reflejan el quehacer artístico provincial a través de la recopilación de notas aparecidas no sólo en las páginas de las revistas que editaba el autor sino también en otros medios periodísticos y bibliográficos.



Mi madre

Delia Durán.
Su nombre me resulta total.
La mano bondadosa que me ayudó a crecer
los pilares de la tarde
la oración de las cenizas del fogón
las visitas de los parientes
el mesón del comedor
en especial eso
el mesón su cabecera
o la cotorrita verde-manso
que una vez
saltó de su hombro dormido
al fuego desvelado de los gatos.

Los leños encendidos junto a la ternura de las noches
la espesura de sus pies cargados con el tiempo de los hijos
la ventana hacia el oeste
el yerbiado el pan la aguja remendona
y las flores para la Virgen

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