PAULA SORUCO
Paula Soruco Nació y vive en Jujuy. Publicó Illinois en la creciente en el año 2005 y Cornisa en Llanto de mudo año 2008, ambos en Córdoba donde supo residir y reincidir. Actualmente trabaja en una sopa de imágenes ILOBLO ~ 3. Participo de las antologías Espuma de rabia, plaqueta de poesía perra (La creciente, Córdoba 2003), Antología Poetas Argentinas 1961-1980 Compilado por Andi Nachon (Ediciones del Dock, Capital Federal, 2008). Quince antología de poetas mujeres de Córdoba (Editorial Tinta de Negros, Córdoba, 2010) .
Peina el interior de un
acolchado
Rutas
desde el cielo líneas azuladas que se cruzan
formando un mosaico irregular
de trasfondo verde y marronado
irse a ningún lado
desde el cielo
un insecto que muere aplastado por su propio peso
rutas
toda posibilidad es el camino helado
donde se estrellan las mariposas
después del chispazo fugaz y la breve luz
una vaca pudriéndose en la banquina
gusanos tornasolados
moscas vibrando
tapizan las fauces de la carne coagulada
arriba
el titilar de las estrellas
señala la continuidad
de la noche negra.
Cuando dimos la vuelta
al dique con
mi hermana y los teros nos buchoneaban
se iban pasando el tero, tero de unos a otros
cada unos diez, quince metros
para que las gacelas se vallan
lo que serían cuadras antes de nuestra llegada
todo un campo de flores, de florcitas y de abejas
volvimos caminado en el agua
con los pies entre livianas algas
sus cabelleras suave babosa caricia en las pantorrillas
los renacuajos y pececitos plateados
con el sol pelado
amarillas, encandiladas, diosas egipcias
con remeras de algodón;
shorcitos de jean y los hombros fritados
(ni hablar del miedo
de morirnos
un zumbido constante perverso el campo
las florcitas asesinas nuestros cuerpos picados
y ella decía se te
cierra la garganta si te pica una mas se te cierra la garganta
es el veneno combinado
es una abeja negra y amarilla una
hermosa abeja
y no existe el apicultor
no te lo creen
cruzando el paredón
fritadas
almorzando coloradas, paspadas
ensaladas mixtas con pejerreyes crocantes
odia la coca cola
así que nos pedimos una soda
Es una hermosa mañana
la tormenta cubre el día y no puede saberse la hora
truena
y las luces de la ciudad
aún no se apagan
es una mañana extrañísima
los colectivos pasan transpirados
con manos, palabras escritas con los dedos en las ventanillas
arriba truena
las baldosas se secan y se mojan
se secan
y van a mojarse otra
vez
lo saben
no me voy a trabajar
vuelvo
en mi último día
medialunas no más velaran por mí
me voy para no volver
me echaron para que no vuelva
guarden sus olores, endurézcanse
salen almohadas de todos los rincones
almohadas en el boulevard
almohadas doblando la esquina
almohadas
dulces y suaves almohadas
cayendo como plumas
de los balcones de los edificios
una almohada atiende en el quiosco
y me vende un cospel
desde lejos me lo dice
duermeee
mañana alumbrada
el vapor se condensa y son gotas gordas y brillantes
con reflejos de luces en la ventanilla
junto a mí
ahora el horizonte quiere amanecer
pero kilómetros de niebla dan al este
la textura y el color de un algodón
de frutilla
cada tanto, un relámpago
como espasmos en el algodón
la azúcar eléctrica
los cables de los trolebuses
camino al sol
con su rastro de plástico y cobre invisible
las nubes en el cielo
lo cubren como mantas
como enredaderas en el interior de un acolchado
una marea alta
se mueven y son millones de pequeñas olas en terreno
pedregoso
el cielo
es un terreno pedregoso
Igual,
no confió en el vidrio
¿cómo se puede ser tangible
y traslucido a la vez?
Ars Colanchanga
veo arañas en el techo
veo arañas y vislumbro como lamparazos
luciérnagas en el tupido bosque
las uniones de la tela
estrellas fantasmaticas de blanca luz
la luz mala
una mariposa con tapizados en el lomo
tapizados burgueses
del XIX o el barroco
una lord mariposa
se rasca las patitas
polvo de ciegos en la mesa de pino
al rededor de lord,
le maripos
es absoluta esta cocina
obnubilo
desenfoco
vuelvo
me vuelvo y veo
adentro hay imágenes repetidas
idílicas del tiempo de los álbumes
del tiempo de las fotos del tiempo de familia
complejizadas
las veo moviéndose
lo que se escribe son
las sensaciones de un recuerdo hipertrofiado
de nosotros mismos, no el recuerdo
flash al follaje 45 grados al cielo
los árboles se desprenden como fantasmas blancos
de la noche oscura
se desenredan pálidas ramas en su brillo congelado
muerto vivos en el cielo negro
lucidez como una manta
mirando las estrellas en el firmamento
las mas fuertes
las que se unen
las que forman
tus propias constelaciones.
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