SILVIA INÉS WEISZ CUELLAR
Profesora en letras (Universidad Nacional de
Tucumán). Psicóloga social (Escuela de Psicología
Social de Pichón Rivière). Docente de lengua
y literatura en escuelas experimentales (UNT).
Ha sido distinguida con diferentes premios,
entre ellos:
1993-1er premio en Poesía, Biblioteca Alberdi Tucumán)
1994-1era
Mención Poetas del Mar.- (Mar del Plata- concurso de poesía marina). 1994
–2do premio nacional en poesía -Mesas
redondas panamericanas –(Buenos Aires)
1995
- Valparaíso (Chile) 1er Premio
Internacional de Poesía Breve-Centro Cultural Andrés Bello.
1998- Bahía Blanca (Buenos
Aires)- 1ra mención especial de poesía-
SADE-
Participó en congresos, jornadas y encuentros
literarios en nuestro país.
Ha publicado libros
individuales e integró colecciones de antología.
Libros individuales.
-A cielo abierto (1998)
-Ventanas de sol en nombre del padre. (UNT 2002)
Antologías.
· La
Poesía en
Tucumán (1985)
· Las semillas y el viento (1992)
· Castillo de palabras (1993)
· Poesía argentina contemporánea (1995)
· Poemas
(A cinco voces) UNT (1996)
· El dolor de las palabras en el exilio UNT
(1997)
· Canto del agua (1999)
· Poemas y microrrelatos UNT (2002)
· Los clásicos y su proyección en el tiempo-
Ensayo UNT- (2003)
· Delirios y pesadillas –Ensayo UNT
(2004)
· Poemario
UNT (2005)
· Perfiles médicos –Ensayo – (Dic. 2007)
–Lucio Piérola
· Escritores de Tucumán Siglo XXI (Dic. 2008)
–Lucio Piérola
“Espejos del
tiempo…….”
Despertar
Con mirada pedregosa, ella se mece en las aguas que despliega la
hojarasca de los años. Ahoga su llanto y diminutos espejos, apagados trinos se
derraman y se deslizan sobre la copa de los árboles, que en cada estación mudan
su follaje.
“Y la caricia perdida, ¿Quién la recogerá? repite sin cesar aquel verso
de Alfonsina”.
Acude a su mente, la imagen de Cronos, devorando a sus propios hijos y
se ve a sí misma reflejada en ese cuadro. Ahora observa a su costado: una fila de árboles decapitados
por un largo insomnio…
Siente que el tiempo ha
estallado. Arrinconados los amaneceres esperan que un nuevo día les abra
la puerta. Ostentan la eterna rueca de la vida.
Cuando despierta de ese largo
viaje hacia el pasado, ya ha transitado por oscuros pasadizos, ha
derribado muros y una luz se eleva tras los pliegues del crepúsculo.
Los pájaros como hojas cantarinas corren con el viento y tras el vuelo
encendido de sus alas abren los ojos al dormido cielo.
Jubilosa se echa andar tras el chaparrón silencioso de los días. Baila en los jardines de la infancia. Florece, y se va cantando del brazo con la
vida.
Silvia Inés Weisz
Cuellar
ENSUEÑOS
Me dices que para acortar el tiempo
de nuestros encuentros, vas tachando cada día una fecha del almanaque, una de
las formas que tienes de acercar las distancias de alas y de ojos para que se
toquen en inasibles caricias.
Por el contrario yo escribo en el
cuaderno borrador de los deseos y luego lo paso en limpio en la pantalla
gigante de los sueños y dibujo cada instante en que al mirarme, mi cuerpo no se
espeja en tu mirada. Distintas formas de
inscribir nuestros pasos en la arena.
Vientos nuevos se desatan y mueven
los castillos en la orilla de la playa; los minutos imperceptibles se deslizan
y desdibujan entre nubes de invierno, pero nosotros Sísifos modernos levantamos
una y otra vez la piedra que se cae, desafiamos la pesada carga, construimos un
lugar imaginario y cantando siempre en cada tramo del camino, soñamos que un
jardín florido nos espera al llegar a la cima de la vida.
Silvia Inés Weisz Cuellar
A cielo abierto
Y me dicen
que debo aprender
a
convivir con el dolor.
Cómo alojar
en casa de cristales
a un huésped
que tritura
a cada instante
la madera de los sueños.
Cómo albergar
al que arrebata
los colores del día
y nos despide
a un rincón
donde nadie
nos visita.
Convivir con el dolor…
duro habitante
que debo coser
al ruedo
de mis día.
Silvia Inés Weisz Cuellar
Río crepuscular
Sucede a veces
que salgo a pasear
la sonrisa de Dios
por senderos jironados
de recuerdos
Prendida
a mis vergeles
transito por un río
de azahares y lapachos
y me sumerjo
quedamente
en la corriente
de otro río
crepuscular
palpitante
segador
de mis incendios
que me grita
con sus sombras
la
furia desbocada
del
olvido.
Silvia Inés Weisz Cuéllar
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