PATRICIA SIBAR
Patricia Sibar. Nació en Buenos Aires, Escritora y Poeta, Restauradora de Obras de Arte, se desempeña en la Conservación y Restauración de Patrimonio Histórico y Monumental y como Profesora Universitaria. Estudio teatro, música y se formó en la Facultad de Filosofía y Letras en la Carrera de Psicología y en la Carrera de Museología en La Plata. Ganó en su profesión, becas como las de la OEA y de la Fundación Antorchas - Comisión Fullbrright. Es miembro de APOA SEA Y BAIRES POPULAR. Publicó " Mañanitas Nocturnas " "Manchas de Sonido",y otro libro en preparación. Colabora en periódicos y en revistas literarias.
Son cálculos francamente imposibles...
Imposible imaginar cifras astronómicas,
imposible sin abstracción, pero que bellas…
Le dijo él
acariciándole la mano...
Hoy ella
mira...., inventa un telescopio con sus manos
Para llegar
pronto al firmamento…, pero no lo ve.
Acaricio
Acaricio tu cara
en el
aire
porque
tu cara no está
pero
está
nadie
puede verla
solo mi
mano
que
la acaricia
porque
no está
pero
está,
tengo
que cuidarme que los demás
no
vean que acaricio
tu
cara que no está
y está.
Flecha
Soy el
precipicio de bordes propios.
Sísifo y
la piedra
Moebius y
su cinta
Arañando un
tiempoespacio que me corresponde
que no me corresponde
la flecha
que me hiere
y me besa
ya ha
sido lanzada.
Visita
A pesar que estaba Dios,
me visitaste
con hipófisis desmedida
y el cráneo materializado en la fiesta del cielo
Te desplazaste entre mucho hueso y poca carne
y un poco de sol de pelota roja infantil
marcándote la garganta.
Acosté el animal que eras,
te cubrí y sostuve con la fuerte malla metálica
para estos casos,
entonces las luces comenzaron su danza,
Entraban y salían de tu cuerpo
hasta volverlo solo la cometa de una estrella.
Después se oyó el crepitar
que dibujó mi nombre en el fuego
Una suerte de purificación
para que la esencia
se abriera paso en el aire,
Necesidades sutiles
Por la cuarta costilla, allí en la abertura
que me quedó cuando lo atravesaron a Jesús
con la lanza, en ese espacio,
vi a los esclavos que fuimos,
cuando tintineábamos las cadenas con disimulo
y sin alertar a los guardias, hacíamos el amor con la mirada
Supimos que no
era el tiempo,
Nos faltó el
cuerpo
Hoy no hay ni ayer
ni cadenas
ni huesos
ni pájaro
Solo una
playa de plástico que me sigue,
y una gaviota de
goma,
que no molesta.
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